Texto por Rosa Queralt
El rapto de las sabinas I | 2015 | Collage y acrílico sobre DM | 49 x 38 x 8 cm
LILA
“Lila” es el título de la exposición bajo el que Idoia Montón Gorostegui (Donostia, 1969) presenta en la galería CarrerasMugica un conjunto de pinturas, la mayoría de producción reciente, y con las que muestra su versátil y constante exploración de lenguajes y metodologías. Consciente de que el lugar de la pintura es el más saturado de las artes visuales y de que, para que hoy su práctica siga teniendo sentido, el reto está en hacer de ella una forma de expresión contemporáneamente válida, vuelca en el proceso creativo las pulsiones, asuntos y compromisos que la interpelan, turban y sacuden en el momento de abordar las imágenes. Estas afloran como obsesión, como necesidad no racionalizada, porque es al trabajarlas cuando comienza a seguir su rastro y a entenderlas. Las decisiones son en esta fase de tipo formal y existe la voluntad de no vincularlas a una noción de estilo personal. De este modo, la obra es producto de su propio desarrollo y este el que va indicándole el camino, en tanto la acción reflexiva y analítica acontece posteriormente y surge más avanzado el proceso.
El rapto de las sabinas III | 2015 | Collage y acrílico sobre papel | 47 x 37 cm
El rapto de las sabinas IV | 2015 | Collage y acrílico sobre papel | 35 x 47 x cm
El rapto de las sabinas II | 2015 | Collage, ceras y acrílico sobre cartón | 50 x 35 cm
El deseo de ceder el lugar de lo conocido al hallazgo de parámetros nuevos y diferentes, y así remover las huellas de experiencias ya vividas, sitúa los prolegómenos de estos últimos trabajos en un cruce de contingencias que se resumen, por un lado, en el examen atento, a medio camino de la conmoción y la funcionalidad, de esa representación obscena que para ella supone El rapto de las sabinas. No para llevar a cabo un ejercicio de apropiación ni tampoco de la operación implícita en aquellas paráfrasis que reinterpretan referencias del pasado llevándolas a un lenguaje personal, sino a unas versiones muy libres, exentas de subrayados, en las que a veces toma fragmentos impresos de cuadros de la historia del arte en un doble juego en el sentido de motivarla a pintar encima. En este caso, sin embargo, a partir de las sensuales carnes de Rubens intuitivamente fue convirtiéndolas en carnes violentadas y machacadas. Y en perpendicular a este estado de cosas se entrecruzó la lectura de Los mitos griegos, de Robert Graves, que además de iluminar sobre temas eternos que han marcado el imaginario de Occidente, describe los avatares del paso del matriarcado al patriarcado. La combinación de ambas circunstancias ha dado como resultado una vía que en algunos aspectos podría asociarse al universo barroco. Entre otros, una visión del mundo en la que encuentra expresión el desorden bajo el que los seres se sienten anegados, la abundancia de formas dinámicas y en tensión, cierta tendencia a teatralizar algunas escenas, el gusto por el artificio y el ornamento, una inclinación a determinadas “rarezas” o ruptura de normas, una poética muy táctil y física, una fuerte carga ideológica, y de nuevo un curioso doble juego bajo las apariencias: la rigurosa construcción convive con un caos evidente. Sin olvidar los títulos, que en estas obras evocan claros e inequívocos contenidos, y que van más allá del mero enunciado de épocas anteriores. La inclusión de algún trabajo realizado entre 2005 y 2007 encuentra su correspondencia con la actual producción en el tratamiento de las escenas, al gravitar sobre ambos un poderoso componente simbólico.
Las tentaciones de San Antonio II | 2015 | Collage, óleo y acrílico sobre cerámica | 26 x 26 x 2 cm
Las tentaciones de San Antonio I | 2015 | Collage, óleo y acrílico sobre cerámica | 41 x 29 x 2 cm
Diosas en el suelo de mi estudio | 2015 | Óleo, acrílico y collage sobre lino | 45 x 60 cm
Con estos “teatros de la vida”, ejemplos a su vez de una cultura de la imagen, Idoia Montón Gorostegui da otro paso adelante en su andadura, pero sobre todo reafirma su actitud valiente, arriesgada y sin prejuicios. Repite el salto al vacío que asumió, por poner un ejemplo, en el tránsito a un realismo crudo desmantelado de cánones convencionales hace veinte años. Pero ahora da ese paso en un momento de madurez pictórica para decirnos cómo ve el mundo.
Rosa Queralt
Barcelona, noviembre 2015
